sábado, 19 de febrero de 2011

Dios en las alturas…. y también el humilde y “demócrata” Ignacio Ramos


El viernes se celebró el pleno ordinario del Ayuntamiento. Durante el fin de semana la televisión del pueblo se dedica a emitirlo, lo que hace que miles de pilareños tengan la oportunidad de verlo. Hay un detalle que puede ser interesante y significativo, incluso conveniente, que los espectadores presten atención. Se trata de la ubicación que Ignacio Ramos se ha diseñado para presentarse ante el resto de concejales y sobre todo ante los ciudadanos del pueblo.

Como todos sabemos, en fechas recientes se ha inaugurado el nuevo edificio consistorial. En su interior se encuentra el salón donde se celebran los plenos. Su diseño ha sido controlado minuciosamente por el actual alcalde. Ignacio Ramos, siempre obsesionado por cuidar hasta el último detalle de su autopropaganda, en esta ocasión, se ha pasado y ha quedado en evidencia ante los vecinos.

El líder del PSOE pilareño ha seguido las enseñanzas de Paul Joseph Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania Nacional Socialista, amigo íntimo de Adolf Hitler y uno de los especialistas históricos de lo que hoy se conoce como marketing social, que tiene como objetivo: convencer a las masas de cosas muy alejadas de la realidad. Una de las estrategias que siempre utilizaba Goebbels era poner a Hitler en una ubicación a mayor altura que al resto de las personas, para, de esta forma, afianzar la imagen del dictador como un mesías y un ser superior frente al resto de ciudadanos. Pues bien, Ignacio Ramos está utilizando esta estrategia, al encargar que se ponga su asiento mucho más alto que el del resto de concejales y vecinos que acudan a presenciar el pleno en directo, a la vez que sea esa la imagen que dé la televisión.

Pudiera ser comprensible una cierta altura en la mesa presidencial, pero es que se le ha ido la mano a Ignacio Ramos, que ha obligado a los técnicos y albañiles a que fueran subiendo más y más la altura hasta que al final el resultado le ha quedado más propio de un caudillo de tribu africana. Una distancia del resto de ciudadanos, para mirarles por encima, que no se hubiera atrevido ni el propio Goebbels.

Hasta tal punto es así, que ahora Ignacio habla desde una altura superior a la que la tradición marca que ocupe el sacerdote (como Ministro de Dios) en la Iglesia.

Todos los pilareños lo pueden comprobar viendo la transmisión del pleno por televisión. Es una actitud chocante para una sociedad moderna en pleno Siglo XXI. Insultante para los ciudadanos libres.

Ahora, ya lo ha conseguido el "bueno, llano, cercano y humilde" Don Ignacio (como le gusta que le llamen). Todos los pilareños tenemos que mirarle alzando la cabeza; todos estamos en una situación inferior a la suya. ¡Qué democrático!

Ver para creer. Humillante.