domingo, 25 de octubre de 2009

DESFILE DE CARROZAS


Foto: Un grupo de baile participante en el Desfile de Carrozas 2009 Pilar de la Horadada


Un año más y gracias al esfuerzo e ilusión de las peñas festeras pilareñas se ha celebrado el Desfile de Carrozas. En esta ocasión con dos características que harán peculiar esta edición: por un lado el cambio de recorrido debido a las obras de la calle Mayor y por otro un retraso en una semana de su fecha habitual.

Ilusión, ganas y esfuerzo derrocharon los componentes de las peñas. Hay que tener en cuenta que surge una dificultad para muchos de sus miembros, ya que hay bastantes peñas cuyos componentes son estudiantes universitarios que residen fuera. Hacen un esfuerzo y vienen de Granada, Valencia, Alicante, Murcia, Madrid… a participar, pero no pueden colaborar en la elaboración de las carrozas ya que tienen clases, lo que influye al final en la calidad del desfile.

Lo que es la organización, de la que es responsable el Ayuntamiento, todos los asistentes lo pudieron comprobar: chapucerilla, como viene siendo habitual. Retraso bestial en el inicio, momentos de descoordinación, sillas a precio millonario, etc…


El concejal que prefiere, en lugar de organizar y trabajar, pegarse la fiesta y desfilar

Nos cuenta entenderlo. Vamos a ver, el concejal de Fiestas es el responsable de la organización del Desfile, cobra un buen sueldo por ello, pero en lugar de estar pendiente y dispuesto para controlar, solucionar imprevistos, coordinar, en definitiva trabajar que le toca, pues nada de eso, se pone el disfraz, se va con la gente de su peña, desfila todo festivo…. ¡y a disfrutar que son dos días y al final de mes que me preparen el cheque del ayuntamiento que voy a cobrarlo! ¡Qué enrollado que soy que participo! No, que irresponsable es usted, que tiene que trabajar y se va de fiesta. También le gustaría hacerlo a los miembros de Protección Civil, a los Servicios Sanitarios, a la Policía Municipal, a los de los Servicios de Limpieza…


Todos los vecinos lo pudieron ver

Esa fue la actitud y la forma de actuar de Alfonso Armenteros en el desfile, con el consiguiente cabreo de otros miembros de la organización.


Nota: en un próximo artículo hablaremos de las sillas y el cabreo de los vecinos