miércoles, 30 de marzo de 2011

Mentira


El último pleno también nos trajo un momento muy triste para la democracia pilareña. Los críticos al actual alcalde, que defienden que es un auténtico genio en representar y dar una imagen que no es la real, consiguieron una prueba de sus teorías. Durante el transcurso del mismo se vio cómo Ignacio Ramos insultaba a una concejala de la oposición, concretamente a Paquita Cánovas. Vale, no es lo correcto, no es lo que se espera del máximo representante de este municipio, al que le gusta que le llamen de don y que se ha hecho construir un altillo en el salón de plenos para estar por encima del resto de concejales y ciudadanos, pero como eximente, los más acérrimos ignacistas podrían alegar que fue en el fragor del debate político. Bien, los hechos ocurrieron tras formular la concejala popular una comprometida pregunta sobre un tema incómodo para el alcalde, el Centro Cultural inacabado.

La tristeza, como una derivación de la indignación y vergüenza que se puede sentir tras ver el descaro de faltar a la verdad y la cobardía de no reconocer el error, surgió solamente unos minutos después de que Ignacio Ramos hubiera proferido el insulto. Fue cuando al alcalde se le recriminó su actitud, al terminar la intervención de José Fidel Ros en su turno de preguntas. Entonces a Don Ignacio, al Señor Ramos, con toda la naturalidad de quien lo hace de forma habitual, negó que él hubiera dicho, lo que sí que había dicho. Cambió la versión. Así, por las buenas. Probablemente el uso habitual de esa práctica, su automatización, le hizo olvidar que en aquel momento sí que estaban como testigos las cámaras de televisión.

Presenciar unos hechos de esta gravedad en el salón de plenos de tu pueblo, ver a lo que llega a ser capaz un hombre, es triste.


Lo que Ignacio Ramos dijo:
Yo le contesto, señora concejal. Siento más vergüenza todavía tener concejales como usted, en este pleno y en este ayuntamiento. Más vergüenza.

Lo que Ignacio Ramos dijo después que él había dicho:
Yo le digo: no me da vergüenza, me da vergüenza más otras cosas.