miércoles, 16 de marzo de 2011

Por decreto de alcaldía


Con fecha 11 de marzo de 2011 se encuentra en secretaría del ayuntamiento, el decreto de alcaldía, firmado personalmente por Ignacio Ramos, donde cesa a Victor Reverter de su puesto remunerado. Ignacio es quien lo cesa ya que fue Ignacio quien lo nombró, en calidad de personal de confianza.

Victor Reverter era el presidente de AIH, la Agrupación Independiente Horadada, cuyo portavoz municipal es el ínclito Juan Ramón Moya. Aunque esta formación política lleva ya dos legislaturas en el pleno municipal, Reverter nunca consiguió el acta de concejal. Durante la primera de ellas, sus apariciones en los medios de comunicación se popularizaron por su discurso vehemente e iracundo, y en  la mayoría de las ocasiones con ataques directos a Pepa Meroño, por lo que siempre han sido considerados personajes antagónicos.

Reverter se dedicaba a auto-proclamarse, a bombo y platillo, siempre como un adalid y doctrinario de las buenas prácticas políticas. La realidad fue que nada más que su formación política alcanzó una cuota de poder, siendo él presidente del partido, aceptó que Ignacio Ramos le pusiera un sueldo procedente del dinero de todos los pilareños y que le diera un cargo para el que nunca justificó ni experiencia, ni formación. Uno de los más típicos casos de comisario político, figura tan ligada al ignacismo.  Casi cuatro años cobrando y según se ha denunciado en algún pleno, durante muchísimos días sin ni siquiera ir al ayuntamiento; por supuesto que sin cumplir nunca horarios laborales mínimos normales. Pero cobrando.

Durante semanas, al ir finalizando la legislatura, se percibieron diferentes movimientos indicativos de que Reverter "se estaba buscando la vida", la vida política, que la otra ya se la estaban pagando bien los pilareños por decisión de Ignacio. Al final, según se anunció, le dieron cobijo en unas siglas con algo de prestigio, como son las de UPyD, con las que  se ha proclamado aspirante para ser alcalde de Pilar de la Horadada.

LA CARTA
La sorpresa surgió con la publicación de una carta de Victor Reverter en la última edición del periódico Horadada Información/Pinatar Información, bajo el título: "Lo lamento y pido perdón", donde realiza unas fortísimas acusaciones contra el partido del que él era el máximo mandatario, el presidente. Diciendo cosas como:

Lamento profundamente haber sido parte del engranaje de esta maquinaria prevaricadora, nepotista y amoral que ha ejercido durante estos últimos años unos usos dignos de avergonzar a cualquier humano que tuviera algún tipo de escrúpulos políticos (refiriéndose a AIH de Juan Ramón Moya)
ó
... que la ciudadanía de nuestro pueblo no vuelva a cometer los mismos errores y le niegue, por tanto, la confianza a quienes ya han demostrado no ser dignos de ella por haber hecho un terrorífico  y prevaricador uso de la misma durante estos últimos 4 años.

¡Ahí queda eso! Prevaricar para alguien que está en el poder, como es Juan Ramón Moya con AIH y su socio Ignacio Ramos, es un DELITO.  Reverter afirma que AIH, o lo que es lo mismo, Juan Ramón Moya que es el que está en el ayuntamiento e Ignacio que es quien firma, forman o consienten una maquinaria prevaricadora. Prevaricar, según el diccionario: es el delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario. Así de claro.

Si de verdad es real el arrepentimiento de Reverter, lo lógico es dar más explicaciones de lo que sabe: nombres, momentos, personas, casos...., otra cosa es acusar y poner en duda a personas e instituciones sin justificación. Reverter habla de delitos, o por lo menos así se entiende, pues habrá que echarle valor y acudir a fiscalía, a la policía, al juzgado...; como mínimo, todo lo que sabe, se lo tendrá que contar a los pilareños,  que por decisión y firma de Ignacio Ramos, han sido los que le han pagado.

Ahora, Reverter, a semanas de las elecciones y por lo tanto cuando ya se le terminaba el "chupete", sale con estas. Sospechosa es su actitud. En su mano está ahora demostrarnos a todos que su arrepentimiento es real y cumplir, por fin, con sus obligaciones para los pilareños.