martes, 22 de septiembre de 2009

LA HORTERADA DEL CONCEJAL. ALFONSO ARMENTEROS EN EL CANDELABRO



Cuando uno quiere ir de progre y moderno, pero no sabe, lo que suele ocurrir es que hace cosas paletas y horteras. Algo así le ha pasado al hombre de confianza de Ignacio Ramos, al concejal de fiestas de Pilar de la Horadada, Alfonso Armenteros.

Los festejos patronales de nuestro pueblo están a punto de comenzar, y el programa de fiestas ya ha sido presentado a través de la página Web Municipal.

Lo primero que se ve es el título, el nuevo nombre con que Armenteros ha bautizado a ese programa desde que Ignacio, personalmente, delegó el tema de los festejos a este hombre: “Fiestas CIVICAS Pilar de la Horadada 2MIL9”.

El recurso de poner la fecha tipo lenguaje mensaje de texto del móvil escrito por un adolescente, pues bien, un guiño a los chavales, que luego crecen y nos tienen que votar. Pero lo que es absolutamente impresentable por hortera, innecesario y sobre todo incorrecto es la utilización del adjetivo CIVICAS.

La intención que persigue Armenteros obligando a que se use esa palabra, se ve a la legua: dar una apariencia de “modernillo”, progre y escenificar un cierto toque anticlerical, que eso siempre queda bien ante el rojerío. -¡Señores, que las fiestas las hacemos Ignacio y yo, y no el cura!- Pues señor concejal, eso no es necesario, que ya se saben las responsabilidades de cada uno.

La palabra es innecesaria, está mal escrita (con falta de ortografía) y es INCORRECTA

Lo vamos a explicar brevemente y todo el mundo lo puede comprobar con un sencillo diccionario de lengua española.

Busquemos en el diccionario la palabra civico. Comprobaremos que no existe; incluso si la escribimos en un procesador de textos con corrección ortográfica, veremos que nos la señala como incorrecta, ¿por qué?, pues muy sencillo: porque lleva TILDE, se escribe CÍVICO. Alguien dirá…, pero es que va en mayúsculas. Da lo mismo. La Real Academia es clara: las palabras mayúsculas tienen que acentuarse absolutamente con las mismas normas que las minúsculas, por lo tanto, cívico, en minúsculas y en mayúsculas, hay que acentuarla, y el programa de fiestas de un pueblo digno, con más de 20.000 habitantes, con miles de escolares, tiene que ser cuidadoso con el documento elaborado por el propio ayuntamiento y que es el que mayor difusión pública va a tener a lo largo del año. Así que señor Armenteros, haga las cosas bien.

Vale, ya hemos visto que la palabra está mal escrita, pero todavía es peor y más grave la mala utilización del término. ¿Se acuerdan del ridículo que hizo aquella modelo, Sofía Mazagatos, cuando en lugar de decir “candelero”, dijo “candelabro”? Pues de la misma manera se van a poder reír de los pilareños gracias a la falta de preocupación y trabajo del señor Armenteros.

Las fiestas del Pilar siempre han sido cívicas, siempre, porque los pilareños son cívicos, ¿o es que hay otro programa de fiestas incívicas, inciviles, groseras, mal educadas…, donde te permiten pegarle fuego a las papeleras, romper el mobiliario publico, cargarte los jardines, y no nos hemos enterado?.

Lo que pensamos es que Ignacio y Armenteros querían decir “fiestas civiles”, que sería lo correcto, usando la tercera acepción del diccionario, refiriéndose a que es un programa de fiestas que no es militar ni eclesiástico o religioso.


¿Esto es importante? Más bien significativo de una administración chapucera y de una falta de trabajo e interés. ¡Con lo sencillo que hubiera sido simplemente poner "programa de fiestas"!, sin intentar tocar las narices. Al final, una horterada ... y el ridículo.