viernes, 11 de marzo de 2011

UN ACTO ELECTORAL

El viernes, a las 10.00 h., se celebra en el Ayuntamiento un pleno extraordinario, convocado por Ignacio Ramos y con un único punto del día: Solicitud de ayuda al Gobierno de la Nación y a la Generalitat Valenciana, para paliar los daños producidos por el pedrisco el día 3 de marzo de 2011 en el término municipal de Pilar de la Horadada. ¡Toma ya!

¿Y cuál es el motivo real? Pues más que un pleno convocado por una sincera preocupación por la situación de aquellos agricultores que sufrieron daños por la tormenta de la semana pasada, todo aparenta que, en verdad, se trata de un auténtico  acto electoralista del señor alcalde y una cortina de humo sobre la rotura e inundación del ayuntamiento.

Ignacio Ramos no se ha caracterizado nunca por una excesiva preocupación por los agricultores. Generalmente es una profesión donde el sacrificio, el esfuerzo y el trabajo son constantes, y esos valores no casan en exceso con la filosofía de funcionamiento y promoción, ni del ayuntamiento, ni mucho menos del equipo de gobierno (comisarios políticos incluídos) por el que se hace acompañar el primer mandatario pilareño. Prueba de ello es que ninguno de los muchos componentes de dicho equipo de gobierno tiene relación directa con el sector agrario. Nada. Pero es que los comisarios políticos nombrados por Ignacio, con buen sueldo incluído, pues tampoco están relacionados con la agricultura. 

La agricultura a Ignacio le ha servido para pasear visitantes, más o menos ilustres, por las instalaciones de Surinver, y sacar pecho. Compromiso, acercamiento, escuchar sus inquietudes, acciones en su favor,  pues más bien poco. A eso hay que unir que Ignacio Ramos se ha declarado ya en numerosas ocasiones un acérrimo seguidor del presidente Zapatero y el sector, casi de forma unánime, considera al jefe de Ignacio como uno de los más pésimos presidentes de la historia de España para la agricultura. Tal es así, que en estos momentos, y muy en contra de la tradición, no existe  en el Gobierno de España el Ministerio de Agricultura, ni siquiera que lleve ese término. Como si a los socialistas les diera repelús hasta la palabra. Las competencias en la materia las tiene el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Medio Marino. Rural por agricultura. ¡Señores, somos rurales, como las casas esas para los turistas de la ciudad!

Tampoco es cuestión de entrar en temas más profundos, aunque altamente transcendentales, como el hecho de que los socialistas, con Ignacio entre sus filas, se cargaron el trasvase del Ebro, permitiendo que millones de litros se desaprovechen tirándolos al mar,  y eso que las obras estaban ya iniciadas.

Conclusión, agricultura seria y socialismo, se llevan mal. El caso es que se acercan las elecciones, Ignacio Ramos ha padecido uno de los reveses más importantes de esta legislatura, con la inundación y rotura del edificio millonario del ayuntamiento, ¿qué mejor cortina de humo que pensar ahora en los pobrecitos agricultores, que también se vieron afectados por las lluvias? Pues eso, un pleno extraordinario, cuando hace ya una semana que se tenía que haber celebrado el ordinario (primer viernes de cada mes), y a vender que él está muy preocupado.

Al final no deja de ser un brindis al sol. ¡Qué nos den ayuda en Valencia y Madrid! Si puede, Ignacio le meterá un gol al PP, pasándole la pelota de la ayuda de la Generalitat. Un genio.

El viernes podremos volver a ver a Ignacio en las alturas, con el ridículo altillo que se ha hecho construir para mirar por encima al resto de pilareños. Comprobaremos su nuevo juguete: - enciendo y apago el micrófono de mis adversarios cuando quiero-. ¿Quién ha dicho que un pleno es un acto de debate político? Para Ignacio no. Debate=mala educación. 

También usará el truco de: -todo el mundo tiene que guardar su turno, menos yo, que cada vez que alguien de la oposición habla, yo intervengo a continuación, ¿por qué?, pues porque me da la gana-.

Pero una de las cosas más chocantes es cuando increpa a la oposición, alegando que se alarga el pleno y que ya es tarde. ¿Cómo? ¿Pero un pleno no es el acto más importante en la vida de un ayuntamiento, pero qué prisas hay, no cobran? 

Cuando el pleno supera las dos horas de duración , Ignacio se pone nervioso y se desespera. ¡Hay que terminar, hay que terminar, que se hace tarde! ¿Tarde para qué? ¿Será porque su equipo de gobierno se cansa?. Pues hablando de agricultura, los que trabajan en ella, doblando los riñones con los pésoles, esos sí que se cansan (y las jornadas no son de dos o tres horas al mes).