domingo, 15 de mayo de 2011

La penúltima "metedura de pata" del actual equipo de gobierno"


Se pongan como se pongan, de forma objetiva, el ayuntamiento pilareño funciona mal o no funciona. Lo peor es que se llega a extremos de ridículo.

Contamos lo que ha pasado. La Junta Electoral de Zona es el organismo, cuya sede se encuentra en los Juzgados de Orihuela, que es el encargado de velar por el cumplimiento de la ley y regular el desarrollo del proceso electoral. Los ayuntamientos, y entre ellos el del Pilar, están obligados a comunicar a la Junta Electoral las ubicaciones públicas y las fechas disponibles para que los diferentes partidos políticos que concurren a las elecciones puedan realizar sus actos. Luego, los representantes de las diferentes formaciones realizan la petición formal de lugares y fechas, y es la Junta Electoral quien designa los que pueden utilizar y cuándo.

Ignacio Ramos dispone de más de 400 trabajadores que pagamos los pilareños, pues bien, resulta que en el momento en que el ayuntamiento, tal y como está obligado, mandó a la Junta Electoral las fechas y lugares, pues se les olvidó que la monitora de la Escuela Municipal de Flamenco del Ayuntamiento, la conocida Nadia Márquez, había ya programado y anunciado que el sábado, día 14 de mayo, en dos pases a las 19 h y a las 22 h iba a presentar su nuevo espectáculo, "Olé cuando nos juntamos". El concejal, Alfonso Armenteros, lo sabría, que es el responsable, y también tenía la obligación de comunicarlo y tenerlo en cuenta para realizar el listado.

La falta de trabajo, de coordinación, de organización hizo que esa fecha, la del 14 y a esas horas, se le dijera desde el Ayuntamiento del Pilar a la Junta Electoral que estaban libres. La Junta Electoral, en su reparto, se la concedió al Partido Popular, que, con todo el derecho la habría podido utilizar. Un desastre.

Menos mal que el PP, actuando con responsabilidad, pues cuando se enteró, renunció a esa fecha y a ese local, la Casa de Cultura.

Un ejemplo más de cómo funciona y lo que pasa actualmente en el consistorio. Por desgracia, no es simplemente una anécdota aislada.