domingo, 22 de mayo de 2011

Los trucos y trampas el día de las elecciones

La elecciones en España, en general, suelen ser bastante limpias, pero esto no quita para que se hayan producido a lo largo de los años algunas picarescas, aunque más bien son delitos electorales, bastantes penados y donde quien lo intente se puede ver inmerso en un grave problema. ¿Cuáles son estos delitos? Pues vamos con alguno de ellos.

La compra de votos: esta práctica se suele realizar de la siguiente manera. Las víctimas, o los beneficiados, según se mire, suelen ser personas o colectivos de escasos recursos. Se les da una cantidad de dinero u otra cosa a cambio de su voto. Para garantizar que el individuo va a cumplir con el pacto, y hay que pensar que el voto es secreto, se le suele quitar el DNI, que se le devuelve personalmente el día de las votaciones, entregándoselo junto a la papeleta y vigilánodolo hasta el momento que se introduce en la urna.

Ocultación de papeletas en las cabinas: se entra en la cabina donde por ley deben estar bien expuestas todas las papeletas y se hace desaparecer o se esconden las del partido contrario.

Presión a los votantes: miembros del partido tramposo se situan en los alrededores del colegio electoral, por las calles que llevan hacia el. Allí contactan con el votante, que por su edad, por su preparación, por su capacidad mental, puede ser dirigido y coaccionado. Entonces se le acerca el delicuente y le dice que le enseñe la papeleta, para ayudarle, que hay problemas y a ver si no es la correcta. La persona, que a lo mejor la lleva de su casa, pero no sabe leer o ve mal, pues se la enseña, y el delincuente le dice que esa no es, y le entraga otra del partido para el que trabaja. Esto, que parece un poco inusual, se produce en bastantes ocasiones.
También se hace con personas que sí tienen preparación pero que pueden ser sometidas a presión, de trabajo, de negocios... abordándolas en las cercanías de los colegios y presionándolas para que voten por una determinada opción.

Los aseos: los aseos de los colegios electorales son una zona también utilizada por los delincuentes, llevando allí a sus víctimas para cambiarles los votos o presionarles.

Todas estas prácticas están penadas, los partidos políticos tienen representantes en los diversos colegios electorales que se encargan de vigilar que no se produzcan incidentes, así como los cuerpos policiales y las personas elegidas por sorteo que forman las mesas. Cualquier persona que se sienta intimidada o que haya visto cualquier cosa rara en las cercanias de los colegios electorales es conveniente que se lo notifique a la policía o a los representantes del resto de partidos políticos.