sábado, 23 de febrero de 2008

OBRAS DE LA CALLE MAYOR: LA GRAN PILLADA



Foto: Imagen de un tramo de la calle Mayor de Pilar de la Horadada


Una de las cuestiones que se trataron en el último pleno extraordinario fue la de las obras de la calle Mayor y la remodelación de la Plaza de la Iglesia. Como se pudo apreciar es ya un tema cuanto menos polémico y tal y como se desarrolló el debate y por los datos que se van conociendo hacen vaticinar que va a traer cola.

De momento ya han aparecido comportamientos extraños y poco entendibles del alcalde que vamos a intentar analizar.

ANTECEDENTES
Estas obras son una de las grandes asignaturas pendientes de la gestión de Ignacio Ramos. En un pueblo ya con más de 20.000 habitantes es impresentable que en el año 2008 no se pueda transitar por su calle principal cuando caen cuatro gotas, o que el rincón más histórico y significativo del pueblo esté como está.

Esa situación no es para que un alcalde que lleva gobernando 13 años se sienta orgulloso.

El ayuntamiento preparó un proyecto para arreglar esa zona y fue durante el mandato de José Fidel Ros cuando tocó subastar el proyecto y contratar la obra.

DIFERENCIAS ENTRE SUBASTAR O ADJUDICAR POR CONCURSO UNAS OBRAS
Cuando el ayuntamiento quiere hacer unas obras tiene dos procedimientos legales para adjudicarlas (encargarlas):
  • Por Subasta: el ayuntamiento dice qué obra quiere y cómo la quiere y se presentan las empresas diciendo el precio que cobrarían. La que sea más barata haciendo lo mismo, ésa es a la que se le encarga.
  • Por Concurso: el ayuntamiento dice que quiere hacer una obra y las empresas presentan sus propuestas y ponen un precio. Pero aquí el precio no es lo importante, el alcalde nombra una mesa de contratación (como un tribunal) y los miembros de esa mesa eligen, con unos criterios, cuál es la empresa a la que se le va a dar el contrato.

Cuando el ayuntamiento ya le da la obra a una empresa, ésta tiene que p
agar un aval, que es una cantidad proporcional al valor de toda la obra, y que es como una garantía del compromiso de realizar esas obras. En este caso el aval era de la cantidad nada despreciable de unos 25 millones de pesetas.

Como decimos, estas obras de la c/ Mayor se subastaron y las ganó una empresa que se llama JOCA SA, que era la oferta realizable que menos costaba a los pilareños.

De todas maneras hay que pensar que la importancia de estas obras hace que sea uno de los contratos más grandes que se hagan en un tiempo. Salió en 5.269.736 euros (cerca de 876 millones de pesetas), aunque la empresa se comprometió a realizar las obras por unos 250 millones de pesetas menos. No hace falta señalar que un tema así, que mueve tanto dinero, puede ser más que apetecible para algún espabiladillo que quiera sacar bocado a costa de los pilareños.

La empresa no ponía ningún problema
Según ha declarado José Fidel Ros en varias ocasiones, mientras él estuvo de alcalde la empresa no puso ningún problema e incluso estaba buscando para alquilar unas oficinas en el pueblo con vistas a iniciar las obras, lo que indica que no había ninguna objeción.

Regresa Ignacio Ramos y comienzan los problemas
Cuando regresa Ignacio como alcalde empiezan a sucederse una serie de hechos, cuanto menos, extraños: si antes la empresa no había puesto problemas, el alcalde ahora dice que ha recibido una carta de la constructora diciendo que no encuentran trabajadores por el crecimiento de la construcción (cuando todos sabemos que justo ahora se ha producido una paralización del sector). También sabemos, y La Oreja Pilareña lo puede afirmar con rotundidad, que Ignacio se había reunido con ellos, manteniendo conversaciones.

Ignacio dice que ha pactado con la empresa que se vaya y les devuelve 25 millones de pesetas
Entonces sale Ignacio y dice que ha pactado con la empresa rescindir el contrato por acuerdo mutuo, es decir, por acuerdo de las dos partes, ayuntamiento y constructora. ¿Y qué significa por muto acuerdo? Pues que los 25 millones de pesetas que había pagado la empresa como garantía ante los pilareños de que iban a hacer la obra pues Ignacio decide dárselos a la constructora. ¿A qué sorprende?

¿Y ahora Ignacio qué quiere hacer?
Tal y como dijo en el pleno, lo que ha decidido es, en lugar de realizar una subasta para la nueva adjudicación donde se le da a la empresa que haga la oferta económica mejor, pues que va a hacer un concurso, donde elegirá la empresa una mesa de contratación (una especie de tribunal) donde el propio Ignacio nombrará a los miembros que la componen. ¿Qué curioso, no?


PROPONEMOS UN PEQUEÑO JUEGO O ENTRETENIMIENTO
Haciendo un ejercicio de política ficción, a modo simplemente de juego o entretenimiento para nuestros queridos lectores y visitantes de La Oreja Pilareña, y dejando claro que lo que vamos a contar a continuación no entra dentro del ámbito de la información, ni siquiera de la especulación, sino simplemente tiene carácter fantasioso, pensemos por unos instantes que en lugar de ser nuestro alcalde ese hombre bueno y honrado que todos conocemos y que apoya electoralmente el 32 % de los votantes pilareños, tuviéramos la gran desgracia de contar con otro alcalde que fuera exactamente lo contrario: un ser aprovechado, mentiroso y que buscara sacar tajada de un contrato tan grande como el de estas obras de la c/ Mayor, utilizando para este juego fantasioso las mismas circunstancias que se dan en la realidad.

¿Qué podría hacer ese personaje ficticio para conseguir sus sucios planes? Hemos consultado a varios especialistas experimentados en derecho administrativo, les hemos puestos este ejercicio y esta es resumida su contestación.


  • Como ya se habían adjudicado las obras, lo primero es deshacerse de la empresa que ganó la subasta. La fórmula es, lo primero, hablar con ella, convencerla de que es mejor que no las hagan, ofreciéndoles una futura compensación (lo mejor es a través de un contrato o colaboración de la empresa amiga a la que en verdad queremos dárselas, del que saquen beneficio). También se puede usar la fórmula de que en el futuro se le dará una obra más rentable.
  • Cuando tras algunas reuniones los hemos convencido, pedirles que manden una carta con cualquier excusa, por tonta que sea, que permita a este personaje ficticio de alcalde poco honesto enseñar a la opinión pública.
  • Por supuesto, que para que la empresa no ponga problemas para marcharse, devolverle lo antes posible la fianza. Es decir, aunque sea ilógico, decir que la rescisión del contrato es por mutuo acuerdo.
  • Luego este alcalde ficticio convocaría, no una subasta, que es más difícil de controlar al primar lo económico, sino un concurso, donde ese alcalde nombra a los miembros de la mesa de contratación y ya de paso les dice a qué empresa tienen que darle las obras.
  • Hacer el paripé del concurso y darle este millonario contrato a la empresa amiga, que ya nos devolverá los favores si no nos los ha dado o hecho ya.
  • Si hay algún medio de comunicación que se da cuenta de la jugada y se lo va contando a los ciudadanos, intentar desprestigiarlo.

Así nos han dicho que se podría intentar hacer esas trampas deshonestas. Pero repetimos que este apartado de esta crónica es PURA FICCIÓN, nada que ver con la realidad, que quede claro. Simplemente es un juego.


UNA PILLADA A IGNACIO: "¿ALCALDE, RECONOCE QUE NO HA DICHO LA VERDAD?
Ya volviendo a la realidad, no podemos pasar por alto un hecho más que significativo que ocurrió en el pasado pleno. A Ignacio Ramos se le hacía incómodo reconocer delante de todos los pilareños que SORPRENDENTEMENTE iba a devolver el dinero de la fianza a la empresa que se iba a encargar de hacer las obras de la c/ Mayor y que, según el alcalde, ya no podían realizarlas, y por lo tanto lo lógico no es darle los 25 millones que se los tendrían que quedar los pilareños por no cumplir esta constructora con lo que se habían comprometido.

Achuchado por la oposición, Ignacio intentó ocultar que no solamente había tomado la decisión de resolver el contrato ( es decir, rescindirlo) si no, lo que es más grave: QUE LO HABÍA HECHO YA, concretamente en una Junta de Gobierno celebrada el 3 de diciembre. De esa decisión hay un acta del secretario del Ayuntamiento, que es fedatario público de las cosas municipales (como un notario).

Esto significa que le devuelve los 25 millones a la empresa.

PEPA MEROÑO LO PILLÓ
La portavoz de la Unión Pilareña se dio cuenta de la mentira y se lo dijo. A Ignacio Ramos le cambió la cara. Había sido descubierto.

Viendo el vídeo del pleno se puede apreciar perfectamente que el alcalde iba diciendo que el contrato estaba por resolver, cuando la realidad es que ya lo había resuelto desde el 3 de diciembre.

Mientras tanto la c/ Mayor sigue como estaba y los numerosos comerciantes de esa calle y los aledaños sin saber qué hacer, ni cómo planificar sus negocios, pendientes de las obras.

¿Cuál es la causa que hace que Ignacio se comporte así? Seguiremos atentos.


VÍDEO




Para visionar el vídeo hacer "clik" en el triángulo de play